Antonio Rey, artista internacional profeta en su tierra
El pasado sábado 22 de febrero, los barriles que custodian el vino de la Bodega González Byass de Jerez de la Frontera fueron testigo de una noche mágica con la guitarra de Antonio Rey como protagonista. Enmarcado dentro del Festival Flamenco de Jerez, el concierto comenzó a las 23:00, en un ambiente impregnado del aroma del vino jerezano y el aire añejo de la bodega, se esperaba el comienzo con total admiración y respeto por parte de un público llegado de todas partes del mundo, pero con un propósito común: deleitarse con la genialidad del maestro. Sin duda, se sintió una atmósfera única y especial.
Desde los primeros acordes, Antonio Rey cautivó a la audiencia interpretando piezas de su álbum Historias de un Flamenco. A medida que iba avanzando la noche, la puesta en escena fue llenándose de diferentes tonalidades y colores con la incorporación gradual de su grupo: primero las palmas y los coros de Raúl Obregón y Yona Luna, seguidos por la segunda guitarra y el bajo de Manuel Pinto e Ismael Alcina, con los que interpretaron una preciosa alegría. La obra fue ‘in crescendo’ y recorrió una amplia variedad de palos y ritmos, a los que también se sumó la percusión de Ané Carrasco. Desde los más alegres hasta los más sentíos, sin dejar en ninguno de ellos de deslumbrar el sello único del maestro.
El espectáculo alcanzó momentos álgidos con la aparición de los artistas invitados. En primer lugar, Tony Rey, quien deleitó a los asistentes con un bolero que tocó el alma de todos los presentes, seguido por la inigualable voz de Mara Rey, que elevó la emoción con su cante. Finalmente, José Rey, sobrino del maestro, aportó un aire moderno con su interpretación personal durante la culminación por ‘fin de fiesta’. Fue un momento colosal en el cual, Mara Rey, en un arrebato de pasión, se quitó los zapatos para entregarse por completo al baile y al cante, dejando al público atónito.
La noche fue testigo de un merecidísimo ‘sold out’ y una ovación final realmente emotiva. Con el público en pie rindiéndose ante la maestría de Antonio Rey y su banda, destacaban figuras notables como la alcaldesa de Jerez y otras personalidades de la ciudad, quienes no dudaron en acudir al backstage tras la actuación para felicitar a los artistas. A la salida, una multitud aguardaba impaciente para hacerse con fotos, autógrafos y adquirir discos del maestro.
Este concierto no solo fue especial por formar parte del prestigioso Festival Flamenco de Jerez, sino también por el significado personal que tuvo para Antonio Rey: regresar a su ciudad natal tras su reciente nominación a los premios Grammy en Los Ángeles y recibir esta calurosa acogida. Está claro: Jerez le reconoce, le quiere y le celebra.
Sublime y excepcional. Al igual que el vino que habita en los barriles de la bodega, la música de Antonio Rey se destiló en su máxima expresión, dejando un sabor inolvidable a todos los allí presentes. Así fue una noche que quedará en la memoria de todos, reafirmando una vez más a Antonio Rey como uno de los más mayores exponentes del flamenco contemporáneo.
Foto: Tamara Pastora